Por Ildefonso Ortiz, especial para SinEmbargo
McAllen, 5 de mayo (SinEmbargo/Breitbart).– La hija de uno de los últimos capos del violento cártel de Los Caballeros Templarios viajó a esta ciudad fronteriza para dar a luz a su primer hijo.
Este fin de semana, Melissa «La Barbie Grupera» Plancarte llegó a un hospital local en McAllen y dio una breve entrevista al programa Al Rojo Vivo de Telemundo, alegre, y habló de sus expectativas.
Plancarte era una muy poco conocida intérprete de música popular mexicana, que saltó a la fama en 2014 cuando admitió –después de que los noticieros mexicanos lo descubrieron– que su padre era Enrique “Kiki” Plancarte, uno de los principales comandantes en el cártel de Los Caballeros Templarios.
Sacando provecho de la fama de su familia, Melissa Plancarte realizó una de sus grabaciones vistiendo una túnica blanca y negra con una cruz roja –diseño similar al uniforme de Los Caballeros Templarios, estilo adoptado por cártel de su padre.
Melissa Plancarte es también habitual en las redes sociales, donde a menudo publica fotografías de su lujoso estilo de vida, incluyendo los tres tigres que ella tiene en su casa, coches de lujo, y otros accesorios caros.
El cartel de Los Caballeros Templarios, una organización criminal parecida a un culto, con soldados fanáticos, comenzó en 2006 como La Familia Michoacana. Se había previsto inicialmente como una ayuda para un grupo criminal más grande, el Cártel del Golfo, pero con el tiempo, Los Templarios fueron sometidos a varios conflictos internos y perdieron a miembros clave para dividirse organizaciones, alterando considerablemente sus ambiciones iniciales.
Los Caballeros Templarios tuvieron aún más atención cuando las autoridades mexicanas confirmaron que el grupo había tomado parte de actos de canibalismo, como comer el corazón de sus víctimas.
Plancarte murió en un tiroteo con las autoridades mexicanas el 31 de marzo de 2014, en el estado mexicano de Querétaro. Tras la muerte de su padre, Melissa a menudo hablaba de él en público, y dijo extrañarlo profundamente.